¡Hola cocinillas! Hoy os dejamos una sencilla tarta con mucha fruta de temporada, sencilla de elaborar y deliciosa. Textura tipo pudding, dulzor natural por la propia fruta y muy poca harina por lo que no se trata de una tarta nada densa. Se puede preparar también con manzana. Una receta perfecta para dar salida a esas peras que a veces se nos olvidan en el frutero o que no han salido tan deliciosas como esperábamos. Si necesitáis versión sin lactosa, basta con adecuar la leche. En cuanto a la decoración, podéis dejarla tal cual o bien pintarla un poco con algo de mermelada. Totalmente a vuestro gusto. Vamos al lío:
INGREDIENTES:
3 huevos L
100 gr de azúcar ó 40-50 gr de tagatosa en polvo
la ralladura de un limón pequeño
30 gr de mantequilla fundida
150 gr de leche entera o sin lactosa
100 gr de harina de trigo
4-5 peras medianas para el relleno y 2 peras para decorar
un poco de esencia de vainilla (opcional)
ELABORACIÓN:
Batimos los huevos con el azúcar o tagatosa, la esencia de vainilla y la ralladura de limón. En otro recipiente mezclamos bien la mantequilla fundida con la leche. Añadimos esta mezcla a la de los huevos. Mezclamos bien y por último incorporamos la harina hasta conseguir una crema sin grumos. Seguidamente, enjuagamos, pelamos y cortamos las peras en trocitos pequeños o en láminas finas y la vamos incorporando a la crema. Veréis que parece que estamos haciendo una tortilla de patatas. Vamos precalentando el horno a 200º calor arriba y abajo. Engrasamos bien el molde elegido con mantequilla y un poco de harina. Cuidado con el molde porque la masa es líquida , no debemos usar uno desmontable. Vertemos la mezcla en el molde. Pelamos y cortamos en rodajas de igual grosor las dos peras restantes y colocamos de forma decorativa sobre nuestra masa. Metemos el molde en el horno y horneamos solamente con calor abajo durante 15 minutos. Pasado este tiempo, ponemos el calor arriba y abajo y horneamos durante 30-40 mins más a 180º. Si se nos estuviera dorando demasiado durante el horneado, cubrimos el molde con papel albal y seguimos horneando. Una vez esté la tarta bien cuajada, apagamos el horno, sacamos el molde y dejamos que se temple bien antes de desmoldar. Podemos tomar la tarta templada, fría o incluso bastante en caliente. También podemos tomarla acompañada de algo de creme fraiche o de helado de vainilla.
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