¡Hola , hola! Hoy os dejamos una receta dulce muy sencilla de preparar, con ingredientes de andar por casa y deliciosa. Para mi el resultado ha sido una mezcla de sabor a tarta de queso-requesón con una textura muy parecida a la de un pudín. Es cierto que dependiendo del toque que le déis al horneado, un poco más o menos cocinada, la textura variará un poquitín. Además, podéis preparar esta receta sin azúcar, sin lactosa si usáis una leche vegetal ( mejor una que no tenga un sabor muy intenso) y queso de untar sin lactosa y es sin gluten. Os recomiendo que leáis con atención todos los detalles sobre la sencilla preparación y que no os falte el toque a limón. Yo usé un molde alargado de unos 22 cm de longitud pero podéis usar uno en forma redonda, por ejemplo. Nota importante: la masa es bastante líquida así que no uséis moldes desmontables, también podéis optar por un molde de cristal. La receta original la podéis encontrar en el Instagram de Natacocinillas. Vamos al lío:
INGREDIENTES:
1 yogur natural sin edulcorar
150 gr de azúcar ó 70 gr de tagatosa en polvo
200 ml de nata para montar (un brick pequeño)
130 ml de leche
1 sobre de levadura
70 gr de maicena
3 huevos
100 gr de queso crema
la ralladura de un limón grande o dos pequeños/medianos
un chorro de esencia de vainilla (opcional)
Para decorar: canela molida o mermelada de fresa/frutos rojos o frutos rojos frescos
ELABORACIÓN:
En primer lugar engrasamos bien el molde elegido con mantequilla y un poco de harina espolvoreada. Con la ayuda de un robot de cocina o batidora, batimos bien los huevos junto con el queso crema, el yogur y la nata. Incorporamos la ralladura de limón y el azúcar o edulcorante. En un recipiente aparte, mezclamos y disolvemos bien la maicena junto con la leche y la levadura, hay que evitar que queden grumos. Añadimos esta última mezcla a la crema inicial y mezclamos bien. Precalentamos el horno, calor arriba y abajo y ventilador, a 170º. Vertemos la masa en el molde elegido y horneamos durante 45-50 minutos. Si vemos que la superficie se nos está dorando demasiado la cubrimos con papel de aluminio. El tiempo final que le deis al horneado hará que la tarta esté más o menos jugosa. Una vez que pinchemos la tarta y el pincho salga limpio, abrimos un poco la puerta del horno y dejamos el molde dentro hasta que se vaya el calor. Sacamos del horno y dejamos enfriar una media hora a temperatura ambiente. Yo os recomiendo que le deis un toque de frigorífico durante al menos un par de horas para que enfríe bien. Una vez bien enfriada, desmoldamos. Calentamos 2-3 cucharadas de mermelada en golpes de diez segundos en el microondas (es decir, calentamos diez segundos y comprobamos el estado y así hasta que veamos que la mermelada está lista para trabajar con ella, unos 20-30 segundos en total suele ir bien). Pintamos la superficie de la tarta con la mermelada, veréis que al enfriarse quedará como cuajada como si fuera gelatina. Servimos. Debemos mantener la tarta en el frigorífico cubierta con papel film para que no sé seque. Se conserva perfectamente durante unos 5 días.
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