¡Hola cocinillas! Vamos con un postre delicioso que no requiere complicación alguna, ni moldes ni ingredientes especiales. Me atrevería a decir que es perfecto para tomar en cualquier época del año pero especialmente ahora que hay manzanas por todas partes. Una idea perfecta para poner el toque dulce al almuerzo o la cena e incluso para merendar, si se diera el caso. Un consejo, emplatar y tomar en el momento aunque la compota de manzana se conserva en el frigorífico en un tupperware durante varios días. La cantidad que necesitamos va a depender de la cantidad que necesitemos y de las capas que queramos poner a nuestra milhoja, así que básicamente lo dejo a vuestra elección así que tomad las siguientes cantidades como orientativas. Vamos al lío:
INGREDIENTES:
250 gr de queso fresco (es recomendable uno de calidad)
2 manzanas grandes (el tipo que más os guste)
una rama de canela
1/2 cucharada de canela molida y algo más para decorar
un par de clavos
un chorro de zumo de limón
ELABORACIÓN:
En primer lugar preparamos la compota. Para ello, pelamos y descorazonamos las manzanas y las ponemos en un recipiente apto para cocción en el microondas. Las chorreamos con el zumo de limón, añadimos los clavos y la canela (molida y en rama) y cocinamos durante 8-10 minutos o hasta que estén tiernas y podamos triturarlas con la batidora si queremos textura de puré o bien dejar la manzana en trocitos. También podemos hacer la compota en un cazo a fuego lento. Cocinamos hasta que se enternezcan e igualmente trituramos con la ayuda de una batidora o robot de cocina. Si nos gusta más dulce, podemos endulzar la compota o puré de manzana con un poco de azúcar o edulcorante al gusto. Dejamos templar ya que podemos tomar el postre frío o templado, a nuestro gusto. A la hora de servirlo, cortamos el queso en rodajas y vamos intercalando una rodaja de queso fresco con el puré o compota de manzana. Decoramos con un poco de canela molida y hierbabuena o menta.
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