Hoy os traigo una receta muy sencilla y con aroma y sabor " a toda la vida". La tuve en la lista de pendientes durante mucho tiempo, error porque es una apuesta segura para una estupenda merienda e incluso para el desayuno. La elaboración es tan sencilla como mezclar todos los ingredientes, verter la mezcla en un molde bien engrasado y hornear. No sale muy grande, así que si necesitáis una pieza más grandecita basta con doblar ingredientes y usar un molde más grande. Como bien lo define Miriam en su blog ( receta original aquí: pastel de dátiles y nueces del Invitado de invierno), la receta es suya y es un blog más que recomendable por una lista interminable de razones que no voy a enumerar, es un híbrido entro pudding y bizcocho en cuanto a la miga y textura. Lleva muchísimos dátiles así que no es baja en calorías. Os recomiendo, que uséis un molde en el que el pastel no quede muy alto, es decir, donde podáis extenderlo bien para que no tenga más de algo más de un dedo de grosor. Podéis cambiar la harina de almendra (almendra molida) por harina de trigo o hacer una mezcla entre la harina de trigo y la de almendra, pero en ese caso dejaría de ser sin gluten eh. También podéis sustituir el sirope de ágave por miel, cuestión de gustos y de opiniones sobre ambos (ya sabéis la polémica que siempre en cuanto al índice glucémico de ambos) y lo que si os digo ya es que es un pastel con un sabor muy clásico que a veces apetece y mucho y no es para nada "muy dulce" a pesar de ser una receta dulce por lo que es perfecto para aquellos a los que "el dulce" no les vuelve loco y por ello lo recomiendo para el desayuno. Vamos al lío:
INGREDIENTES:
una pizca de sal
una pizca de bicarbonato sódico
una pizca de aroma de vanilla (opcional)
220 gr de dátiles en trozos grandes y deshuesados
220 gr de nueces en trozos grandes
70 gr de sirope de ágave
70 gr de aceite de oliva
3 huevos
300 gr de harina de almendra
una cucharada sopera de semillas de sésamo (opcional)
una cucharada sopera de semillas de lino (opcional)
ELABORACIÓN:
Se pelan las nueces y se deshuesan los dátiles y se parten en dos. Reservamos. Por un lado, mezclamos la harina, con la sal y el bicarbonato. En otro recipiente, batimos bien los huevos y agregamos poco a poco el aceite y el sirope o miel junto con el aroma de vainilla. Vamos añadiendo la mezcla de la harina a los líquidos y mezclamos bien. Añadimos las semillas si hemos decidido usarlas, las nueces y los dátiles. Mezclamos. Precalentamos el horno a 180º, calor arriba y abajo y ventilador según nuestro horno. Ponemos papel vegetal en el molde elegido, recordad que no debe quedar muy alto, o bien lo engrasamos bien con bastante mantequilla y un poco de harina espolvoreada. La masa queda bastante densa así que es conveniente alisarla bien con ayuda de una espátula. La vertemos en el molde engrasado o con papel vegetal. Horneamos durante 20-25 minutos aproximadamente. Comprobamos pinchándolo que está bien cocinado y sacamos del horno. Dejamos enfriar unos 10-15 minutos antes de desmoldarlo y dejar que se enfríe completamente sobre una rejilla.
Nota: si os apetece algo más dulce, podéis calentar un poco de miel o sirope de ágave y bañar un poco el pastel una vez sacado del horno.
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