¡Madre mía! Aún no ha llegado oficialmente el verano y vaya ola de calor estamos sufriendo. Así que nada mejor que una receta ligera, rápida de preparar y bien fresquita. Apta para almuerzo y cena. Perfecta para sacarnos de un apuro cuando llegamos a casa y apenas tenemos tiempo ni ganas de preparar nada. Aunque yo no le he puesto jamoncito para decorar, no dudéis en hacerlo si os apetece. Con estas cantidades salen cuatro cuencos. Como veréis la cantidad de cada uno de los ingredientes se puede modificar al gusto, según lo espeso que os guste y lo intenso que queráis que sea el sabor. Vamos al lío:
INGREDIENTES: (para cuatro cuencos)
cuatro tomates grandecitos
60-80 gr de aceite de oliva
1 ajo (si lo preferís podéis poner dos, quitadle el corazoncito de dentro)
2 huevos duros
1 vaso de agua fresquita (podéis variar la cantidad al gusto)
1 rebanada de pan
una pizca de sal
ELABORACIÓN:
Lavamos y pelamos los tomates, les quitamos el corazón. Pelamos el ajo. En un robot de cocina (thermomix o batidora convencional) ponemos los tomates, el ajo, el aceite,la sal, el pan troceado y el agua. Trituramos todo durante unos minutos hasta que comprobemos que están todos los ingredientes bien mezclados y triturados. Si lo preferimos, colamos con un colador el salmorejo, yo no lo hice. Lo dejamos reposar en el frigorífico hasta que esté fresquito. Cuando lo sirvamos lo removemos bien y lo podemos acompañar de huevo duro picado y unas gotas de aceite. Listo.
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