Desde que preparé y probé por primera vez esta receta he perdido la cuenta de la de veces que la he repetido. Muy sencilla de elaborar , necesita poco tiempo, ingredientes muy básicos y el resultado es un plato muy completo para el almuerzo, para la cena podría ser un poco pesado pero ya eso al gusto.Realmente podéis variar las cantidades de garbanzos y zanahoria según vuestro gusto, pero dejo las que usé de modo orientativo. Aunque no estés acostumbrado/a a tomar legumbres en la ensalada dale una oportunidad, ¡la mezcla de sabores está deliciosa! Se puede tomar caliente, tibia o incluso fría, yo la prefiero templada.
La receta original es de una de las webs que sigo, "El invitado de invierno" muy recomendable por su variedad de recetas y de información sobre la cocina, eso sí, tiene tantas recetas y tanta información que puedes perderte allí fácilmente. Yo la he variado un poco pero aquí os dejo el original por si queréis contrastar: El invitado de invierno, ensalada de garbanzos y zanahoria.
Vamos al lío:
INGREDIENTES:
Para 3 raciones :
250 gr cocidos ( unos 200 sin cocer). Podéis variar la cantidad al gusto.
250 gr de zanahorias en juliana (3-4 zanahorias grandes)
aceite de oliva
sal
comino
4 dientes de ajo
pimienta molida
frutos secos (opcional)
2 huevos duros (opcional)
orégano picado
ELABORACIÓN:
En primer lugar ponemos los garbanzos en remojo la noche anterior. Al día siguiente, tiramos el agua y los cocemos con agua nueva hasta que estén tiernos. También podemos usar garbanzos de bote que ya bien listos para usar.
Pelamos y cortamos las zanahorias en juliana, es recomendable que tengan un grosor lo más parecido posible para que tarden el mismo tiempo en ponerse tierna. Reservamos. En una sartén, ponemos un chorro generoso de aceite de oliva junto con los ajos pelados y laminados. Doramos un poco. Seguidamente, incorporamos la zanahoria en juliana y echamos un poco de pimienta molida, sal y comino. Tapamos y vamos dorando bien. Cuando la zanahoria esté bastante tierna, incorporamos los garbanzos y los frutos secos y salteamos para que se impregnen del sabor. Servimos en los platos y acompañamos con los huevos duros y un poco de orégano picado.
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