Llegó septiembre, bajó el termómetro y retornó la rutina con todo el caos que eso conlleva al principio. Se respira el otoño y con él todo su encanto. Y así fue decidimos encender el horno y preparar este rico y esponjoso bizcocho. Nos apetecía algo blandito y esponjosito para merendar acompañado de un té o un café, dejamos a un lado la fruta o el sorbete fresquito para tomar a media tarde.
La preparación del bizcocho sencilla, la misma que para un bizcocho tradicional.La zanahoria rallada no se aprecia (ni en el sabor ni en la textura) pero enriquece el bizcocho y aporta esponjosidad. La mezcla del cacao y la zanahoria es una combinación perfecta. También podéis añadir frutos secos si os apetece. El resultado, un bizcocho perfecto para niños y no tan niños. Perfecto para desayunar o merendar. Fácil y rápido de hacer. Ingredientes habituales y no lleva lactosa. ¿Te vas a resistir?
Aquí os dejo el enlace de la receta original, si comparáis veréis que le puse mucha más zanahoria: La asaltante de dulces.
INGREDIENTES:
5 huevos L
200 gr de harina de trigo integral o normal
1 sobre de levadura Royal
150 ml de aceite de oliva
60 gr de cacao en polvo (Cola cao o cacao sin azúcares añadidos)
1 pizca de sal
160 gr de azúcar ó 60 gr de sucralosa o tagatosa en polvo
200 gr de zanahoria rallada
azúcar glas ó edulcorante en polvo para decorar (opcional)
ELABORACIÓN:
Engrasamos con mantequilla y un poco de aceite el molde seleccionado ( uno de 22-25 cm de ancho va bien) y reservamos. Pelamos y rallamos las zanahorias y reservamos. En un bol batimos bien los huevos (unos 5 minutos con las varillas electrónicas). Añadimos el azúcar o edulcorante y batimos bien. Seguidamente incorporamos poco a poco y sin dejar de batir el aceite. Incorporamos la zanahoria rallada y mezclamos. Por último, tamizamos la levadura, la sal, la harina y el cacao e incorporamos a la mezcla anterior.
Precalentamos el horno a 180º, calor arriba y abajo y el ventilador. Vertemos en el molde y horneamos durante 40 mins aproximadamente (cuidado con el horno) o hasta que veamos que está dorado y pinchamos con un palillo que sale limpio. No abras el horno si no lleva 25 minutos como mínimo. Una vez listo, lo sacamos del horno y lo dejamos enfríar 5-10 minutos sobre una rejilla. Desmoldamos y dejamos que enfríe totalmente sobre la rejilla. Si está demasiado caliente cuando lo inetntemos desmoldar se nos romperá.
Decoramos al gusto y listo :)
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