¡¡Hola familia!!
Sí, últimamente todos los posts son dulces. Y no será porque no tengo recetas saladas por preparar. Habrá que hacer una nota mental al respecto. En esta ocasión os presento una deliciosa, cremosa y suave tarta de queso que rompe con la tradición de usar fresas o frambuesas como acompañamiento. Andaba yo buscando una receta con bastante fruta como ingrediente principal y entre todas las que tengo por preparar esta me llamó especialmente la atención. Además de que como ya os he contado en alguna ocasión las cheesecake son mi perdición, nunca la había probado usando un coulis de kiwi como compañero y bastante limón en la crema. El resultado es muy recomendable, especialmente para aquellos a los que no les gustan los postres muy dulces. Y hay que aprovechar que los kiwis están muy asequibles ahora mismo :)
Los ingredientes son de andar por casa. Estuve a punto de ponerle una base vegana (con frutos secos, aquí tenéis la receta:tarta de queso con base vegana) en lugar de la tradicional galleta con mantequilla pero no quise aventurarme demasiado. La crema es super cremosa, nada seca ni compacta. Y el coulis tiene una textura perfecta también, aguanta bien el tipo pero tampoco queda totalmente cuajado como si fuera una gelatina. El toque de limón en la crema es ideal, si realmente adoráis el sabor cítrico podéis añadirle un poco más de zumo de limón sin miedo. Importante, prepararla muy temprano por la mañana si la váis a tomar para merendar o casi que mejor el día anterior. Una vez fuera del frigorífico, aguanta como unas dos horas así sin perder el cuerpo. Con estos ingredientes preparamos nuestra señora tarta y una versión mini, andábamos probando unos moldes. Vamos al lío:
Os dejo el enlace con la receta original, un blog muy rcomendable. Yo la he tuneado un poco para elaborar la versión sin azúcar:Cheesecake de kiwi y limón del blog de "Cookcakes de Ainhoa"
INGREDIENTES: (para un molde de 20-22 cms de diámetro)
Para la base:
1 paquete de galletas (podéis usar maría de toda al vida, digestive, o las que más os gusten)
60 gr de mantequilla a temperatura ambiente
una cucharada generosa de canela molida
Para la crema:
400 gr de queso philadelphia (que no sea versión light)
200 gr de nata fresca o crème fraîche ( la venden en mercadona o carrefour)
2 huevos L
135 gr azúcar glas ó 125 ml de sirope de ágave ó 50 gr sucralosa en polvo
70 ml de zumo de lión (el zumo de un limón grande)
Para el coulis de kiwi:
4 kiwis
2 cucharadas de azúcar o edulcorante líquido/polvo al gusto
1 hoja de gelatina
unas fresas o kiwis para decorar
ELABORACIÓN:
En primer lugar forramos el molde con papel de hornear. Así no se nos estropeará la base. Trituramos las galletas con la ayuda de la thermomix, algún procesador de alimentos o simplemente las metemos dentro de una bolsa de plástico hermética o para congelados, la cerramos y le damos golpes con el rodillo hasta que queden tritutaras (eso último fue lo que yo hice y tiene efectos relajantes). Seguidamente ponemos las galletas trituradas en un bol e incorporamos la mantequilla y la canela molida (si la mantequilla no está muy cremosa la podemos derretir unos segundo en el microondas). Mezclamos bien con los dedos hasta que se forme una pasta homogénea. Si fuera necesario podéis añadir algo más de mantequilla. Repartimos la masa en la base del molde y apretamos bien con los deditos hasta que quede totalmente cubierta de forma homogénea. Reservamos en la nevera.
Preparamos la crema de queso. Mezclamos el queso bien frío (es decir, directamente sacado de la nevera) con el azúcar o edulcorante y con la ayuda de la batidora. Añadimos los huevos de uno en uno y batimos bien. Tampoco demasiado o el queso se cortará. Vamos precalentando el horno a 160º calor arriba y abajo y con el ventilador. Agregamos la crème fraîche y el zumo de limón y terminamos de mezclar con la ayuda de una espátula. Metemos el molde, sin la crema, durante 5 minutos en el horno, lo sacamos del horno y agregamos nuestra crema de queso. Horneamos durante unos 40 mins aproximadamente. Lo sacamos del horno y lo dejamos enfríar sin desmoldar sobre una rejilla durante 15 minutos. A continuación lo metemos en la nevera.
Por último, preparamos el coulis de kiwi. Se puede hacer perfectamente un par de horas después de hornear la tarta. No es recomendable verterlo sobre la tarta sin desmoldarla primero y si ésta está caliente. Nota muy importante. Para el coulis, pelamos y troceamos los kiwis y los trituramos con la batidora. Ponemos la hoja de gelatina en remojo en agua durante 10 minutos, hasta que esté totalmente blandita. Ponemos los kiwis triturados en un cazo a fuego lento y le añadimos el azúcar o edulcorante. Cuando hierva lo apartamos del fuego y añadimos la hoja de gelatina totalmente escurrida (apretamos bien con las manos al sacarla del agua). Mezclamos la hoja de gelatina blandita con la fruta triturada e hirviendo. Removemos bien y dejamos enfríar unos 5-10 minutos. Removemos de vez en cuando. Desmoldamos la tarta y vertemos encima el coulis de kiwi una vez templado. Guardamos en la nevera durante al menos 8 horas. Antes de servir decoramos la tarta con kiwis o fresas, es recomendable sacarla de la nevera al menos 30 minutos antes de ser servida.
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